El otoño ha llegado

El otoño ha llegado. Los días se van haciendo más cortos y el frío ya está llamando de nuevo a nuestra puerta. Me paro a pensar, y aunque probablemente este no haya sido el mejor año de mi vida, sí que ha sido el que me más me ha hecho aprender.

¿La vida es complicada o simplemente somos nosotros los que la hacemos así? ¿Corazón o cabeza? Me atrevería a decir que pueden ser estas cuestiones las que hacen que acabemos pareciendo personas completamente bipolares sin casi poder evitarlo.

La verdad es que he aprendido que las personas no están siempre, solo van y vienen de tu vida; que es necesario saber quién realmente merece tu confianza y quién no; que las personas mienten y sus palabras caen en sacos rotos; y que los “para siempre” acaban siendo un “para un rato”.

He podido aprender o más bien estoy aprendiendo con el paso del tiempo, que la vida puede cambiar completamente con una simple decisión, que no es bueno acostumbrarse a nada ni a nadie, y que desde luego no podemos obligar a nadie a permanecer en nuestra vida. Quiero creer que los sentimientos, las cosas, las personas cambian, pero que lo que está destinado a ser, simplemente tarde o temprano lo será. Solo hay que aprender a pasar página y esperar.

He aprendido que las noches desde luego son malas consejeras en la mayoría de las veces que nos ponemos a pensar. En la oscuridad aparecen fantasmas que jamás se atreverían a aparecer a lo largo del día y lo mejor es hacerles frente, en mi caso las teclas del ordenador son mi salvavidas.

Y enserio, sé que muchas veces surge esa necesidad de tirar la toalla, pero con el tiempo creo que he podido ir viendo que, en esa situación lo mejor es dejarse llevar… caminar, leer, descansar… Se asemeja a esas tormentas de verano que no sabemos cuánto van a durar, pero lo único que tenemos que hacer es abrir el paraguas y esperar a que se pase. Al final, el peor día de tu vida sólo durará 24 horas.

He aprendido que me quedan muchas cosas por aprender, lo único que espero es que todo lo aprendido me haga mejorar ahora y seguir mejorando en un futuro y, sobre todo, espero no equivocarme ni en cuanto a decisiones, ni en cuanto a personas.

Buenas noches.

- L.L