PERREAR NO ME HACE UNA PERRA Y MUCHO MENOS DA DERECHO A NADIE A NADA. BAILAR ES BAILAR Y NO, ES NO.

Ya llevaba un tiempo queriendo escribir sobre esto y supongo que no lo hací­a porque no creí­a que estuviera preparada. Bueno, creo que ya es hora.

Todas las personas que me conocen saben que me encanta bailar. Bailo en la ducha, en el jardí­n, mientras que recojo mi cuarto, saco el lavaplatos o me miro al espejo. Bailo y además cualquier estilo de música y sí­, obviamente entre ellos está el reggaetón. Un estilo de música que me gusta y no por las letras precisamente, sino por el ritmo. Seamos realistas, letras machistas hay en todos los géneros musicales pero bueno no es esto sobre lo que me quiero centrar, ya habrá tiempo para esto en otra ocasión. De lo que quiero hablar es del baile, de la forma de movernos, es aquí donde se fundamenta el título del post: “Perrear no me hace una perra y mucho menos le da derecho a nadie a nada. Bailar es bailar y no, es no”.

Sí, me ENCANTA bailar de fiesta, me encanta mover mi cuerpo y puedo asegurar que disfruto de cada contoneo. ¿Machista? Mucha gente cree que sí, pero no, no nos confundamos.

Si muevo el culo, los pechos, las caderas o la parte de mi cuerpo que a mí me de la gana, no lo estoy haciendo para complacer a absolutamente nadie. Si lo hago es porque me gusta bailar así­, porque me divierto y porque bailo para mí.

El baile, señoras y señores, es una de las muchas formas de expresión que hay. Y no, mover el culo, contornearme o perrear no me hace ni menos feminista, ni una suelta, ni una puta, ni una perra.

El reggaetón no es sexo, es baile. Y al igual que cuando tú estás bailando un vals, un tango o cualquiera de los muchos estilos que hay, no se te ocurre que tu pareja se te está insinuando o te está invitando a que te propases; con el reggaetón pasa lo mismo. Como leí no hace mucho, “mover el culo o perrear con alguien no es una invitación al sexo al igual que una minifalda no es una provocación que justifique una violación”. Deberí­a poder pasarme 5, 20 o 30 minutos perreando con alguien y se debería asumir que eso es todo porque bailar ES SÓLO BAILAR, no una invitación a nada más (a no ser que de mutuo acuerdo se quiera algo más, claro).

Me parece vergonzoso que en pleno siglo XXI tengamos que seguir escuchando comentarios como que bailamos para provocar a los de nuestro alrededor o que cuando se sobrepasan con nosotras es por nuestra culpa, porque “los hemos provocado moviéndonos así”. Por favor, perrear no nos hace unas perras y no es machista que bailemos cómo y lo que nosotras queramos; los machistas son los que tienen este tipo de mentalidad y no tienen reparo alguno en soltar comentarios del estilo a los mencionados.

Cada vez queda menos para que se acerquen unas fiestas que amo: los San Fermines; y desgraciadamente es muy común ver escenas en las que hombres que ven una teta, hombres que se creen con derecho a tocara. Claro, como está ahí se puede tocar, ¿verdad? Al final, si no hubiera querido que la tocaran, que no lo hubiese hecho, ¿no? PUES NO, ni mucho menos. Así nos va.

De verdad, que llevemos una minifalda, unos shorts, un escote que nos llegue hasta el ombligo, vayamos sin sujetador o que estemos bailando twerk, perreando o moviéndonos de forma sinuosa NO DA DERECHO A NADIE A NADA. Y me entran ganas de llorar al tener que defender que estos comportamientos están mal.

Así que ni a nosotras perrear nos convierte en unas perras, ni que lo hagamos te da a ti derecho a nada. Bailar es sólo bailar y si decimos no, es no.

(Y que no se me entienda mal, con esto no quiero decir que todo el colectivo masculino sea culpable. Culpables son las personas, en su individualidad, no por su género o su condición sexual.)

- L.L